sábado, 12 de febrero de 2011

PRESENTACIÓN DE AURELIANO CAÑADAS Y JAVIER DÍAZ GIL EN LA BIBLIOTECA DE GUADALAJARA

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En la mañana del 12 de febrero y en el Taller de Poesía de la Biblioteca Pública de Guadalajara, se han presentado, leído y comentado los libros de poemas "CONTRA DOMENE" de Aureliano Cañadas y "VIVO EXTRAMUROS y EL ÁNGEL PROMETIDO" de Javier Díaz Gil.

Aquí se reseñan ambos




“CONTRA DOMENE”
DE
AURELIANO CAÑADAS


AURELIANO CAÑADAS es de sobra conocido por la mayoría de nosotros, pues ya compartió en el año 2009 en nuestro Taller su libro “Menos nuestro dolor”, pero en atención a quien todavía no le conoce diré que nació en Almería en 1936 y está vinculado a Guadalajara desde hace tiempo pues reside a temporadas en Sacedón, es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Complutense, Diplomado por la Escuela Oficial de Idiomas de Madrid y por el Instituto de Idiomas de la Universidad de Granada. Maestro con premio fin de carrera, ha sido profesor Assistant de Españñol durante dos cursos en el Liceo Faidherbe de Lille (Francia). Ha publicado hasta ahora una decena de libros de poemas, varios de los cuales han sido distinguidos con diferentes premios, colaborado en importantes revistas literarias españolas y seleccionado en varias antologías. De entre su obra destacan “Nunca llega el olvido” (1979) “Lengua para hablar sólo” (1985) “Oscuros son los signos” (1990) “Menos nuestro dolor” (1993) corregido y ampliado en 2008, “Porque soy Teseo” (1995), “Máquina el hombre mismo” (2000), Telémaco, el sur de otra vida” (2004) y otros.

Esta mañana viene a presentarnos su último libro publicado “Contra Domene”. Francisco Domene es un poeta y escritor granadino con quien Aureliano dialoga y hace referencia, en dos poemas, el inicial y el que da por concluido este poemario, como en círculo cerrado. En todo él nos muestra – poesía y biografía entrelazadas en todos sus versos- su intenso y vivido amor por las palabras, su lucha y su deseo por encontrar esa palabra verdadera a la que salvar del olvido y que a su vez le salve, nos salve a todos, “He logrado salvar una palabra./ Quizás ella me salve” nos dice, para luego preguntarse de qué habría de salvarle: de la nostalgia y el dolor del paso del tiempo, de nuestras continuas muertes diariamente sobrevenidas a traición, sin defensa posible, de la muerte final –tal vez-, de la desesperanza, de la injusticia….en cada uno de sus versos Aureliano conjura el poder de la palabra para salvar abismos.

Conjura e invoca esa palabra esencial, breve, sencilla, clara, cercana, limada de vanos retoricismos, Cuánta falsa retórica escondida/ detrás de las imágenes, para cantar y contar al hombre, en su más amplio sentido, las profundidades de su ser y estar en el mundo: A ti porque conoces/ la imposibilidad/ de contar lo posible o lo absoluto. Y a ese desvelo por encontrar la palabra/ que lo conserve todo a dedicado nuestro poeta toda su vida, a ese lento oficio de pulir las palabras con la paciencia del mar que siempre espera. Sabiéndose miembro de una tribu siempre en camino, nómadas del espíritu, sin origen ni destino -los poetas-absurdos seres que se juegan/ la vida por metáforas, y comparten/ su engañoso fulgor con tanta soledad.

Un tema que resalta con luz propia en estos versos es el amor, en poemas tan sabios e intensos como “No lo has sabido tú” y “Amor” entre otros, expresado tanto desde la serenidad como desde la fina ironía: Le digo:/ amor, nos completamos;/ no oyes, yo no veo./ Al fin/ el uno para el otro. Surge también en todos ellos el Aureliano de la fraternidad y el Aureliano familiar en títulos como: “Cedro del Líbano”, “Escuchar como hablabas a tu hijo” “Mis cenizas”, y en aquellos en los que quisiera rehacer la historia, para poder recordarla más humana y feliz,.. todavía me pongo a recordar y añoro otra infancia nos confiesa.

Nos confiesa que le hubiese gustado escribir sin miedo pero cómo escribir sin miedo/ si lo aprendí tan pronto: Ese miedo a ser que tal vez haya lastrado a buena parte de su generación, seré yo mismo quien no me perdone/ el no haberme atrevido/ a ser yo mismo nunca. Y conociendo que estamos hechos de nada profundiza, con la sabiduría que le otorga el haber vivido y sentido mucho, sobre la esencia del ser en poemas como “Uno por otro” y “Si yo no fuera yo”. Pero no quiero alargarme más, tan sólo resaltar también esas pequeñas joyas literarias semejantes a preciosos microrelatos como son “Un cuchillo” “Un perro” “Di más” “Dragón”.

Os dejo con la palabra contra el olvido de Aureliano, palabra plena de emoción y vida, pues el círculo se cierra y “..la memoria/, madrastra, por encima/ de los días felices, me conduce/ hasta la juventud…” nos asegura, para poder disfrutarla como también del “… balsámico sabor de la nada.”
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“VIVO EXTRAMUROS Y EL ÁNGEL PROMETIDO”
JAVIER DÍAZ GIL


Javier Díaz Gil es coordinador de la Tertulia-Taller literario RASCAMÁN que se reúne todos los miércoles por la tarde en el Café Ruiz de Madrid. Nació en Madrid en 1964 y es Profesor de EGB y Licenciado en Geografía e Historia. Ha publicado los libros de poemas “Humo” (premio Humberto Tenedor el año 2000), “Hallazgo de la visión” (premio Nicolás del Hierro ese mismo año) y “Vivo extramuros y El ángel prometido” en “Poeta de Cabra”, libro que hoy nos presenta. Además ha publicado en distintas antologías y revistas literarias como en “Poeta de Cabra” y “Luces y sombras”. Sus versos han sido traducidos al inglés, portugués y catalán.

Características fundamentales de la poesía lírica moderna son su elevada intensidad y tensión en el uso del lenguaje, y la concentración temática de la experiencia, su densidad conceptual. Estas se muestran claramente en la poesía esencial de Javier Díaz, a la vez que una profunda y cuidada elaboración y estructuración de sus poemas. Su poesía, despojada de retórica, nihilista y desesperanzada a veces, parece sin embargo ansiar la trascendencia, vivida como lejana e inalcanzable. Es una poética sin respuestas que se interroga sobre nuestra realidad más profunda a la par que sobre la necesidad y suficiencia del propio lenguaje para expresar con certeza, no las tiene, lo que se quiere decir. “Vivo extramuros y El ángel prometido” son dos poemas estructurados en breves secuencias cada uno, donde el poeta se arriesga y juega sabiamente con los silencios como importantes elementos de su entramado poético.

“Vivo extramuros”, un poema bellísimo que admite, requiere y se goza en nuevas relecturas, se asemeja a un canto épico- épica del fracaso al fin-; un hombre solitario “la soledad se mece/ junto al muro de mármol”, vuelve a las afueras de la ciudad amurallada, pertrechado de un deseo vitalista “poso mi mano/ sobre la piedra/ para sentir vibrar la vida/ allá adentro”, pero siente desalentado que “las puertas se cerraron/ delante de mi aliento”, y esas puertas cerradas le dejan con el “rostro ausente, en prolongados silencios, la palabra perdida, y la sonrisa inútil”. Aunque en sus desvelos, en su lucha por entrar en la ciudad, también cabe un tiempo de esperanza, el tiempo del poeta: “He descubierto con paciencia/ las fisuras de la roca”…“la hora incierta/ en la que el vigía duerme”……“intramuros,/ los jóvenes guerreros/ han escuchado mi canto…..han escuchado las palabras de la tribu.” (en clara alusión al poeta José Ángel Valente). Mas la ilusión pronto acaba al descubrir que todo es mentira, que reinan los mercaderes, que el horizonte está en llamas, que son falsos los instantes del deseo y que la muerte acecha, se impone entonces el silencio y una oración desconfiada: “Junto a la roca/ el cadáver del día/ se pudre./ No le llevéis flores,/ se nutre del deseo, de las luces inciertas y las sombras”. ……“Rezad por los que nunca/ atravesarán la puerta”.

En el “El ángel prometido” se embarca el poeta en la búsqueda de esa realidad invisible que es el propio ser, estableciendo un paralelismo y una antítesis entre el ser del ángel y el ser del fantasma, sintiéndose más cómodo en la piel inasible de este último: “Tengo firme voluntad de fantasma”.. El ángel que tuvo voluntad fue castigado”. Y previniéndonos contra la perfección, “En el fondo de los ojos de un ángel sólo hay silencio”

Poesía intensa y profunda que nos invita a volver sobre ella como vuelve el ángel, para sentir más nuestra su magia y su misterio. No quiero alargarme ya demasiado ni levantar del todo la sábana del fantasma, no se esconde Javier y por eso está aquí, a nuestro lado, con su voz, en su poesía.

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